Erika era una recién nacida de 8 días, y parecía que no tenía mucho sueño cuando llegué, pero después de un ratito se quedó plácidamente dormida, y todo fue sobre ruedas.
Ni cambios de atrezzo ni ruidos, la hicieron despertar.
Recuerdo la sesión con mucha luz, el tragaluz del techo y el día soleado fue una gran ayuda para que la luz la bañara por completo y aquí os muestro el resultado.
Leave a reply